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EL YOGA COMO FORMA DE VIDA

Teresa Tomás García, monitora del polideportivo Virgen del Carmen-Beteró, nos cuenta qué significa el yoga en su vida, cómo le ha ayudado durante el embarazo y en su recuperación. Hoy conocemos la historia de ella y tomamos nota de sus consejos.

 

Por Matías L. Sartori

Como cada martes y jueves, Teresa llega al polideportivo con sus mejores energías y su clásica sonrisa. Prepara la sala, los materiales, regula las cortinas en función del sol de cada día y comprueba que la música esté lista para darle el play.  Aguarda con tranquilidad la llegada de sus alumnas que, al igual que ella, han descubierto la importancia de esa pequeña dosis de yoga para afrontar el día.

Como una filosofía de vida, Teresa se entrega en cuerpo y alma al yoga. Sabe que es más que una actividad dirigida. Y así ha decidido transmitirlo. Porque además de dirigir una clase, ella contagia esta forma de vivir. Porque, precisamente, ella lo ve de esa manera. Y, ahora más que nunca, desde que es madre disfruta de las enseñanzas que constantemente ofrece su actividad preferida.

Así nos confiesa el secreto de su sonrisa. La clave de su forma de vida. Teresa nos invita a su clase, prepara la sala y pero esta vez cambia la esterilla por el micrófono. Porque hoy es turno de hablar y contarnos, con sus palabras, qué significa el yoga en su vida.

 

“Yoga para mi es una forma de vivir, de estar en el mundo. El trabajo sobre la esterilla es un entrenamiento para llevar a cabo el yoga real, que se ejercita en el día a día, en cada aspecto de la vida, cada relación, en el modo en el que afrontas los conflictos o situaciones cotidianas.

Yoga para mi es el cultivo de la virtud, algo que brota en nosotros de forma natural conforme  experimentamos momentos de despertar. La práctica de yoga crea las condiciones propicias en nuestro cuerpo y nuestra mente para que se puedan dar estos destellos de claridad”.

 

¿Qué significa para ti ser madre?

“Ser madre para mi supone una gran prueba de madurez en la vida. Es acceder a otro nivel, al cual es importante pasar con el menor número de asignaturas pendientes posible, porque los aspectos personales y de pareja no trabajados se ponen de especial manifiesto cuando llega un bebe a nuestra vida. Nuestros hijos merecen la mejor versión de sus padres y para ello es necesario que previamente nos hayamos trabajado y pulido un poco a nosotros mismos.

 

El ser madre me está enseñando de verdad a fluir con la vida tal y como se presenta cada día, la aceptación y la gratitud, pues con un bebé todavía son muchos más los aspectos que escapan de nuestro control o capacidad de previsión.

 

Pero sobretodo, ser madre o padre, como de forma tan hermosa y conmovedora representa el poema de  Khalil Gibran ‘Tus hijos no son tus hijos’, es ser arco, un buen arco, desde el cual, cuando llegue el momento, la viva flecha sea lanzada y vuele alto”.

 

¿Qué beneficios aporta el yoga en el embarazo?

“El yoga es una práctica basada en la propia escucha, tan respetuosa y flexible, que puede adaptarse a cualquier etapa de tu vida. Algo tan accesible a todos como respirar ahora mismo de forma consciente ya es yoga, y es una práctica profundamente transformadora.  A nivel físico los beneficios son múltiples, como el fortalecimiento del suelo pélvico, la movilidad en pelvis y caderas, o la reducción de las molestias en piernas y espalda que suelen aparecer durante el embarazo. Además, el yoga te puede ayudar a vivir esta etapa de forma más consciente y profunda, despertando tu sensibilidad a los cambios que está produciendo en ti la gestación de una vida. En mi caso, al principio me disgustaba la idea de tener que rebajar la intensidad y dinamismo de mi práctica pero, sorprendentemente, esto me llevó a descubrir una belleza y riqueza inesperada en las posturas y prácticas más sencillas”.

¿Qué le dirías a las madres embarazadas que están pensando en hacer yoga o alguna actividad para ejercitar el cuerpo de la manera adecuada?

 

“El embarazo es un momento excelente para cuidarse y rendirse a la sabiduría del cuerpo, haciendo aquellos ejercicios que tu cuerpo te demanda y en la medida en que te sientan bien. También es un momento óptimo para aprender, de manos de un profesional, alguna secuencia sencilla, algún ejercicio respiratorio o de suelo pélvico para poder realizar por tu cuenta en casa durante las semanas posteriores al parto, en las que seguramente no te será posible asistir a clases dirigidas y este ratito de práctica pueda serte de gran ayuda”.

 

¿Cómo os encontráis tú y tu pequeña?

“Nos encontramos fenomenal. Clara tiene ya seis meses y se cría sana y feliz; yo he tenido una pronta recuperación y voy adaptándome progresivamente a mi nueva vida como madre”.

 

¿Cómo has vivido el embarazo entre la rutina y el trabajo?

“Tuve un buen embarazo afortunadamente. Me mantuve activa, dando mis clases de danza, de yoga y también caminando muchísimo. Mi trabajo tiene un gran componente creativo, y me sentía especialmente inspirada en la preparación de mis clases y coreografías y particularmente libre y segura en la exploración de nuevas posibilidades y maneras de hacer las cosas a raíz de las condiciones cambiantes en mi cuerpo”.

 

¿Hasta qué semana de embarazo has dado clases?

“Impartí mi última clase de yoga justo dos semanas antes de dar a luz. Los alumnos me decían entre risas que iba a ponerme de parto allí cualquier día. Lo cierto es que me encontraba ágil y me sentaba muy bien el mantenerme activa. Incluso habría continuado, pero esos quince días mi marido y yo disfrutamos juntos de nuestro permiso por matrimonio, y fueron unos días muy hermosos en los que nos relajamos y preparamos la llegada de Clara”.

 

¿Qué ejercicios has continuado haciendo en tu casa o por tu cuenta?

“Cada día realizaba mi práctica de yoga, que se componía de un recorrido por las articulaciones del cuerpo, marjariasana, mulabandha, que es una succión del suelo pélvico Surya Namaskar con variantes, malasana y otras muchas asanas que iba adaptando y que me sentaban bien, meditación y una buena relajación.

El mismo día que me puse de parto, con las primeras contracciones, estuve paseando y haciendo yoga y danza”.

 

¿Cómo ha ido el parto?

“Di a luz en la semana 39+2 y fue un parto natural, con analgesia epidural. Clara nació sana y hermosa, con más de 4 kg de peso. La gente me decía que con lo ágil que yo estaba mi parto sería muy rápido, pero lo cierto es que duró doce horas, pues el parto es un acontecimiento en el que intervienen muchos factores”.

 

¿Durante el puerperio has realizado algunos ejercicios de yoga?

“A la semana de dar a luz, en esos días locos tras el parto en los que todo gira en torno al bebé, que apenas consigues darte una ducha, de repente me acordé: ¡Uy, si yo hacía yoga! Jajaja. Y me coloqué unos minutos sobre mi esterilla. Comencé con algún ejercicio de respiración, y de suelo pélvico. Y conforme me iba recuperando al paso de las semanas iba incluyendo asanas y otros movimientos suaves. El yoga ha sido mi gran aliado para vivir esta complicada etapa que es el puerperio con salud y equilibrio”.

 

¿Cuándo te has reincorporado a la actividad laboral?

“Me incorporé y di unas poquitas clases al terminar mi permiso de maternidad, a finales de julio. Pero al no haber clases en agosto, pude disfrutar de ese mes entero con mi pequeña, e incorporarme ya de lleno en septiembre. Clara tenía 5 meses cumplidos”.